

Conocí a Arnulfo Rodríguez Treviño en Octubre del 2009. El inició de nuestra amistad se dió luego de un encuentro con su jefe de prensa, el profesor Noé Pérez Cedillo en el edificio de la Sección 30 del SNTE en Ciudad Victoria.
En la reunión con Pérez Cedillo, hablamos sobre la Revista Progreso y la edición de ‘Los 50 Líderes más Influyentes de Tamaulipas’ que estaba próxima a publicarse, luego de un rato de plática me dijo, “no se vaya, quiero que conozca a nuestro Secretario General, el profesor Arnulfo, le va a caer muy bien”, habló por la red con el entonces secretario particular del profesor Arnulfo, el matamorense Ulises Ruíz, quién le expresó que subieramos al segundo piso donde estaba el despacho principal, y que buscaría un espacio en la agenda.
Mi sorpresa fue que, pese a que ya eran las 6 PM, había una fila muy larga de maestros de todo el estado con folder en mano esperando para ver a su líder magisterial. Arnulfo trabajaba hasta entrada la noche, no se retiraba del edificio hasta no atender a todos, o la mayor parte, de profesores que buscaban audiencia con él.
Luego de una espera de 30 minutos, se abrió un espacio para saludarlo. Me recibió con una sonrisa, “pasele mi amigo, me dicen que es periodista”. Me presente, y platicamos por unos minutos de pie. Esa tarde iba conmigo mi amigo el fotógrafo Victor Espinoza, quién capturó con su cámara los detalles del encuentro.
Posteriormente, me invitó a pasar a la sala de juntas, justo detrás de su despacho, ahí estaba en una reunión con los directivos de la Sección 30. Me presentó con todos ellos.
Regresamos a su despacho, y como buen periodista, le pedí una entrevista, accedió al momento. Nos sentamos, y endencí la grabadora…
Acabada la entrevista, seguimos platicando. Me habló de la reciente reunión que había tendio con la profesora Elba Esther Gordillo y el presidente Felipe Calderón.
En el encuentro Arnulfo Rodríguez, me comentó que llegó como líder del SNTE en Tamaulipas por el apoyo de las bases y de la mayoría de los maestros del estado, pero que no era el favorito de la profesora Elba Esther, ní de los líderes magisteriales que controlaban el sindicato a nivel estatal.
En ese tiempo Arnulfo no quería apoyar la Cruzada Nacional por la Calidad de la Educación y Tamaulipas era el único estado del país que se encontraba en rebeldía contra dicho programa educativo del presidente Calderón.
Al paso del tiempo, por la insistencia de Calderón, Arnulfo negoció con el presidente y Elba Esther un buen paquete de apoyos y beneficios para los maestros tamaulipecos y le dio el apoyo a la Cruzada Educativa.
Esto le ganó el respeto y la simpatía de la hasta entonces líder máxima del Sindicato de Maestros, Elba Esther Gordillo, quién vio en Arnulfo a un líder fuerte y auténtico, que no se doblaba al cuidar de los intereses de quiénes lo eligieron como su líder: los maestros tamaulipecos.
Mi estancia en su oficina se extendió por espacio de una hora. La siguiente es la entrevista que fue publicada en la Revista Progreso en Enero del 2010 con Arnulfo Rodríguez Treviño, quién durante 5 años, de 2007 a 2012 fue Secretario General de la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en Tamaulipas.
Por razones de su encargo su agenda está siempre llena. Es el líder de 55 mil maestros activos y 15 mil jubilados en el Estado de Tamaulipas. Nació en Villagrán, viene ‘de abajo’, pudo haber sido campesino, pero gracias a la decisión de sus padres logró ser profesor. Arnulfo Rodríguez es sincero, habla de frente y sin mucha retórica, franco en su hablar y atento en su trato. Sin mirar el reloj, nos concedió un buen espacio de su tiempo para así, contestar el cuestionario que le teníamos preparado.

Llegar a la oficina del Líder Magisterial no fue cosa fácil, la antesala es siempre larga, recibe diariamente a un gran número de maestros de todo el estado quienes buscan audiencia con él. Cuando el reloj marcaba las 6:30 de la tarde pudimos entrar a su despacho ubicado en el segundo piso del edificio del SNTE en Ciudad Victoria, con una sonrisa recibió el líder al equipo editorial de PROGRESO. Portaba un chamarra de la marca ‘Members Only’, en la bolsa de su camisa se apreciaba una pluma ‘Mont Blanc’ pero parecía tener preferencia por la simplicidad de su ‘Bic’, frente a él, sobre su escritorio, estaba la foto de su familia, y al fondo, la imagen de la líder nacional del Sindicato, Elba Esther Gordillo. Sin mucho protocolo iniciamos el cuestionario. La charla y la estancia en la oficina del reconocido hombre se prolongó por espacio de una hora, ciertamente, había mucho que platicar.

¿Por qué eligió la carrera de profesor?
Mira, en aquellos tiempos nosotros no teníamos muchas opciones, es decir, yo terminé mi escuela primaria aquí en Ciudad Victoria y me decían que había una escuela que era para los hijos de los campesinos, se llamaba la escuela Tamatán, entonces pues mi padre no tenía recursos para mandarme a otra escuela, y fui a presentar mi examen, logré pasarlo y ahí estudié. En aquellos tiempos no había las oportunidades que hoy se tienen, en donde depende de tus aptitudes, cualidades, tu vocación de querer estudiar otra carrera; como nosotros éramos gente muy necesitada y la escuela normal rural de Tamatán era una escuela de internado, en las que no tienes que pagar nada porque ahí había la alimentación y habitación, nada más debíamos tener buenas calificaciones para sostener la beca; entonces pues, si no teníamos vocación de maestro, pues ahí nos formamos. Así es… en la vieja escuela.







¿Cómo es Arnulfo Rodríguez, cómo describe su persona?
Pues yo soy un elemento producto del esfuerzo, desde la edad de nueve años ando fuera de mi casa. Salí del tercer año de primaria de Tamatán y me fui cuarto y quinto a Nuevo Laredo, posteriormente me fui a trabajar a Nazas, Durango, regresé a Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Me dediqué a trabajar, estudié la Normal Superior y terminé mi licenciatura, laboré en la secundaria 4 y 5; soy fundador de escuelas, catedrático en la normal, comencé a participar en las reuniones sindicales siempre tratando de vender la justicia a la verdad. Entonces yo me considero un hombre que viene de abajo, gente de lucha; y ahí como la ves estoy muy contento con Dios, yo soy un hombre de fe, nunca me ha dejado a mi, el creador, en todas mis luchas. Porque desde niño, cuando ahorita en estos tiempos es muy difícil que un padre de familia deje que su hijo de 9 años para que vaya a buscar una mejor vida, entonces a mi sí me costo mucho mi escuela, mi trabajo, y trato siempre de tender la mano, a veces me enfado conmigo mismo cuando no puedo darle solución a un problema que me presente un compañero, pero le pido a Dios mucha sabiduría y mucha salud para enfrentar los retos que se vienen con aras de cumplir con la responsabilidad que los maestros me confirieron.


¿Qué significa para usted servir?
Pues bienaventurado el que sirve, así es, porque al que da, Dios le da aún más. Y de hecho aquí lo veo, yo doy, doy y doy y parece que no he dado nada, entrego nombramientos, entrego un beneficio económico, entrego una beca, entrego un ascenso, y en la noche recapacito y me siento que no he dado nada, quizás por mi condición, que viví con mucha necesidad, entonces a veces siempre le pido a Dios que me de mucha sabiduría, y que me ayuden los politólogos a responderle al gremio por lo que se merece. Pero la satisfacción más grande de un ser humano es dar, porque al dar te sientes realizado y vives con tú conciencia tranquila; yo si voy a Reynosa, si voy a Matamoros, a Río Bravo, a Villagrán, a San Carlos o cualquier otro punto del Estado me preguntan ¿Cómo está Profe?, ¿Cómo le va?, entonces aprecio mil veces el cariño y el respeto de un ser humano, de un ‘Profe’. Porque lo demás se va, pero lo más importante es lo que perdura, y lo que perdura es el reconocimiento que te tiene la gente cuando ellos ven que te entregas, y cuando a veces las cosas se dan el mismo Dios te ayuda a darte el camino para resolverlas.

¿A que líder admira Profesor?
Yo siempre he sido admirador de John F. Kennedy. De los héroes mexicanos admiro a Emiliano Zapata quizá porque yo soy hijo de campesinos, y él luchó mucho por los campesinos. Soy también de las gentes que admira a los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, que son gente de ideales. También a Benito Juárez por ser un hombre muy pobre, muy humilde y que fue un gran Presidente de México que marcó la ley en el país a pesar de todos los embates y presiones internacionales, es un ejemplo para la gente muy humilde; la gente que es muy pobre pero que se prepara, con muchos sacrificios puede llegar a donde ellos quieran, la vida de un líder es nunca claudicar, trazarse metas e ir sobre ellas.



¿Qué prefiere Arnulfo Rodríguez para lograr lo que quiere, negociación o plantón?
Indiscutiblemente negociación, nosotros, estos dos años que tenemos al frente de la Sección 30 lo hemos hecho con respeto, con diálogo, siempre tiene uno que conciliar y la otra es, como tú respetes te van a respetar; como tú valores te van a valorar.
Entonces nosotros los maestros por ser gente pensante, preparada, le apostamos al diálogo. Tenemos que entender perfectamente en qué condiciones está el país y el Estado, y qué puedes sacar para tus compañeros y no echar mentiras. Tienes que ser muy transparente en lo que tú negocias para que la autoridad te siga dando más recursos, porque si ve que los recursos no se le multiplican a tus compañeros entonces no puede haber una negociación transparente, que es lo que necesitamos en estos momentos.




¿Si no hubiera sido profesor, qué le hubiera gustado haber sido?
Pues si no hubiera sido profesor, yo hubiera sido campesino, agarrar mi yunta, pegarle al arado, ir a barrochar, ir a rastrear y esperar a que Dios nos mandara la lluvia para levantar la cosecha para poder subsistir porque no había de otra. Yo soy aquí del ejido El Charco, municipio de Villagrán, entonces no hay agua, solamente cuando baja el agua al Río Pelón.
Cuando era estudiante de Tamatán sembrábamos nosotros en tierra seca, esperando que lloviese para poder levantar maíz. Ahí donde yo nací se sembraba puro maíz y frijol. A veces llega un momento en que recuerdo mucho a mis padres porque dijeron: «Bueno aquí conmigo mi hijo nunca va hacer nada, siempre va a ser un campesino». Entonces, afortunadamente todavía tengo a mi madre, y a mi papá que está en el cielo yo lo adoro mucho porque si no hubiera sido por él, yo no hubiera llegado a ser maestro. Y ahorita me siento muy contento porque ser un hijo de un campesino y tener la responsabilidad de velar por 55 mil maestros, no se crea, es un gran paquete.
¿Qué beneficios cree que le hacen falta al gremio magisterial? ¿Cree que están bien pagados los maestros?
No, de ninguna manera, en tiempos atrás teníamos mejores salarios, la vida del Magisterio era más bella, en la carrera del Magisterio teníamos muchos candidatos, hoy son pocos, pero bueno, también debemos de valorarnos que es una profesión segura, es la única dependencia federada que ahorita tiene cobertura y donde no se congelan plazas, siendo uno responsable el trabajo y las prestaciones sociales están seguras. Eso sí, son sueldos muy modestos, pero yo siempre he dicho que vale más una gotita diaria, segura y que perdure. Aquí con nosotros, alcanza para vivir modestamente, ahí nos la vamos pasando, yo creo que ni con el 100 por ciento de lo que nos incrementaran, pudiéramos vivir bien.
Yo pienso que la nuestra es una labor muy noble… porque primeramente el gran maestro fue Dios, nosotros somos profesores, entonces tenemos una responsabilidad ante lo más bello que son los niños y los jóvenes; yo por ejemplo en lo personal, y como todos los maestros, siempre hemos tenido muchas atenciones de ustedes quienes fueron nuestros alumnos, cuando en la calle nos dicen «Mi profe de primaria», «Mi profe de secundaria», uno los ve y ya son hombres realizados, nos saludan, y no sabemos ni quienes son pero ya los vemos formados; cuando un profesor ve a un Licenciado, un Doctor o un Ingeniero formado se siente uno muy feliz, y piensa yo puse algo, un poquito para la formación de este hombre, de este ciudadano, de este alcalde, de este gobernador o de este presidente, no se crean, tenemos esas cosas muy profundas en nuestro corazón.





Por su experiencia en el tema, ¿qué opina del sistema educativo de México? ¿está estancado? ¿va en retroceso?
Yo pienso que se ha avanzando, por ejemplo, ahorita la ciencia está muy avanzada, hoy en día están de moda muchas cosas que antes no las teníamos, o sea, hay un descubrimiento total en el avance científico. En la actualidad le pone uno el dedo en un teclado y aparece toda una cultura, aparecen datos que antes batallábamos días para encontrarlos. Nosotros, si teníamos una duda de algo, íbamos a una universidad y ahí en la biblioteca estaban en los estantes los libros, hoy no, te metes a Internet y ahí está la respuesta. Antes, nosotros qué íbamos a pensar en el inglés, hoy se está impartiendo.
No estudia el que no quiere, el avance educativo es muy grande. Pienso que hay que actualizarnos, y sí, ha habido una revolución educativa, pero nosotros como organización sindical estamos exigiendo una actualización más; porque como mentores tenemos que prepararnos al día sobre las exigencias que tiene la sociedad y los alumnos. Antes, el maestro decía ‘no me voy a preparar porque me apoya mi sindicato, me apoya mi amigo’, hoy no, hoy tenemos que decirle prepárate porque el alumno trae un conocimiento muy superior, entonces la misma exigencia hace que el maestro se actualice, afortunadamente tenemos gente que se denominan técnicos pedagógicos en todo el sistema de la entidad, y esas gentes las invitamos a que nos actualicemos porque si no aprovechamos ahorita los descubrimientos, entonces el reto es más difícil.

¿Qué opinión le merece la maestra Elba Esther Gordillo?
Bueno, la maestra es una mujer de gran valía porque en muchos años que ha mantenido su liderazgo al frente de nuestro Comité Ejecutivo Nacional ha tenido que dialogar con diferentes presidentes de la República, con distintos partidos políticos, los gobiernos defienden sus proyectos nacionales según su política, y nosotros lo que defendemos es la escuela pública en beneficio no tan sólo de los maestros, sino del pueblo en general. Entonces lo que hace la maestra, el SNTE y nosotros es defender la escuela pública y somos los más preocupados para que haya una educación de excelencia en cada entidad. Y la muestra está aquí en Tamaulipas, aquí trabajamos de la mano del Gobernador Eugenio Hernández, con el secretario de Educación, José Manuel Assad; preocupados ellos como nosotros porque la educación que se imparta en el estado sea una educación de calidad. Entonces yo pienso que el papel que ha hecho la maestra Elba Esther Gordillo es de una gran Líder. Como organización sindical la maestra sabe que aquí en Tamaulipas la queremos, la apoyamos y estamos para apoyar la escuela pública no tan sólo como materia de los maestros sino como una conquista de la Revolución Mexicana.
¿Se considera usted un líder influyente?
No, como dirigente no debe uno de pensar en el yo interno, tiene que pensar en lo que representa. Y uno tiene que ser siempre propositivo, porque siempre tienes que ver el beneficio de la colectividad. No debes pensar en ti, entonces por eso se dice que un ser humano sin espíritu es como un tipo de fe en la que no hace obras, porque aquí, lo importante es que siempre tu espíritu debe reflejar lo que tu representas, a la colectividad más no al individualismo, y entender que el trazo que tu hagas es el prestigio o el desprestigio ante tu gremio.
Y nosotros tenemos esa alta responsabilidad, de ser cuidadosos hasta en nuestra cultura personal, porque quizá para pocas gentes no seamos ejemplo, pero si para la juventud, para los niños y para los profesores que quieren ser grandes, a lo mejor para ellos si podemos ser un ejemplo; entonces como nos está observando todo el mundo, yo creo que debemos hacer las cosas bien.