EDITORIAL: Son 4 tamaulipecos y están libres

Desde hace 4 años los gringos investigan y en algunos casos tienen órdenes de captura en contra de cuatro políticos tamaulipecos. La pregunta es ¿Por qué el gobierno de los Estados Unidos no ha podido detener a Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Erick Silva y Homero De la Garza?

Desde el 2012 los gringos no han dejado dormir a cuatro políticos que tuvieron relevantes puestos de gobierno en el estado de Tamaulipas. Desde ese año se han hecho públicas las averiguaciones y órdenes de captura que las autoridades judiciales del vecino país tiene en contra de Tomás Yarrington, Eugenio Hernández, Erick Silva y Homero de la Garza, mismos que aún siguen libres y sin orden de extradición en México.

Quizás el caso más sonado desde el 2012 ha sido el de Tomás Yarrington, el ex gobernador tamaulipeco que es acusado por los americanos de haber aceptado dinero del narcotráfico y a su vez de haberse enriquecido con dinero público. A la fecha se le han incautado propiedades en ciudades texanas como la Isla del Padre donde tenía un lujoso condominio valuado en 650 mil dólares y en la ciudad de San Antonio donde se le confiscó una casa y terrenos por un valor superior a los 22 millones de dólares, esto, según información del prestigiado diario San Antonio Express News.

A la fecha el paradero de Tomás Yarrington es desconocido, pero cada vez que las autoridades gringas reviven su caso en los noticieros del mundo, el ex gobernador hace llamadas a los medios más importantes del país para defenderse de la acusaciones, así lo ha hecho en diversas entrevistas con Carmen Aristegui, López Dóriga y otros periodistas nacionales, argumentado que se trata de una guerra sucia. Aunque en el estado, muchos fueron testigos de cómo Tomás ejerció el poder de una forma maquiavélica y no hay duda que Yarrington tiene cola que le pisen y que las acusaciones de la autoridades americanas son legítimas. En 2012 el PRI se deslindó de él y lo dejó solo con su problema.

Otro de los casos, también muy sonados es el de Eugenio Hernández, quien fue exonerado de ‘sus pecados’ por la justicia mexicana en 2013, pero, pese a eso, los gringos cada vez que tienen oportunidad le recuerdan que aún tiene cuentas pendientes en el vecino país, y así fue el pasado mes de junio cuando anunciaron en los medios internacionales que «Geño» y su cuñado Oscar Gómez Guerra son requeridos por un fiscal de los Estados Unidos por lavado de dinero, y por supuestamente, haber recibido sobornos de grupos criminales que operan en el estado.

Otro político tamaulipeco que fue noticia en noviembre del 2014 fue el ex alcalde de Matamoros Erick Silva, a quien las autoridades estadounidenses requieren por lavado de dinero y corrupción en su gobierno. A Silva se le encontraron transferencias y depósitos en sumas millonarias de dinero en los bancos Chase y Texas National Bank de los Estados Unidos, además de bancos en Bermuda. Siendo alcalde de Matamoros esta casa editora documento con portadas y reportajes de investigación muchos actos de corrupción y nepotismo por parte de Erick Silva.

Con la misma suerte corrió Homero De la Garza, uno de los hombres más cercanos al actual gobernador de Tamaulipas Egidio Torre, quien hasta el día en que su acusación se hizo pública era su secretario de Desarrollo Social y hasta se llegó a mencionar como su favorito con rumbo a la sucesión gubernamental del 2016. Homero renunció a principios de este año para aclarar la acusación de lavado de dinero, luego que las autoridades de los Estados Unidos le confiscaran 1 millón de dólares en una cuenta del banco USB Financial Services. De la Garza también fue un hombre de confianza de Eugenio Hernández quien lo tuvo en su gabinete como director del ITAVU. Hace algunos días regresó a la escena política por medio de las redes sociales.

Lo extraño de todo esto es la buena relación que tuvieron Tomás y Eugenio durante sus administraciones con la autoridades del vecino país, al grado tal, que el ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, hizo compadre a Yarrington, siendo a su vez, huésped distinguido en importantes cenas de estado en la Casa Blanca. Geño por su parte fue reconocido en oficinas gubernamentales en Washington D.C. por la autoridades del FBI, DEA y ATF por su ‘buena’ labor en los temas de seguridad, además que, seguido se reunía en el capitolio de Austin con el entonces gobernador de Texas, Rick Perry, y hasta fue invitado a una cena de 100 invitados VIP con Barack Obama en 2009.

Pero la pregunta es por que si hay tanta evidencia en las cortes de los gringos, estos personajes no son detenidos por medio de Interpol. Es una utopía pensar que con los sistemas de inteligencia de los Estados Unidos que en el pasado han encontrado a los delincuentes más peligrosos del mundo, ubicar a los políticos tamaulipecos es sin duda una tarea de kínder… en estos casos lo único cierto es que los americanos van sobre sus bienes y no sobre su persona, como se dice por ahí todo es política ficción y los buscan con ganas de no encontrarlos.